Señas tuyas

No me importa no estar a tiempo, que mi sentir no sea el correcto, no me importa que no tenga sentido, coherencia, que en mi pensar me pierda y en la realidad ya no te encuentre. 
Todavía tengo la valentía de traerte a mi presente para iluminar mi corazón que guarda los recuerdos en una caja de cristal. Y extraño tu aroma, tu sonrisa, tu manera de ver el mundo, el calor de tu piel, el sabor de tus labios, la forma en que mi alma salía de mi cuerpo cuando me sentía amado.
Ya cada uno tomó su camino, asumí que mi amor no era correspondido pero hay una parte de mi que se quedó contigo y hay un poco de vos que no permiti que se fuera.
Pude forjar mi vida a mi antojo, llegué más lejos de lo que alguna vez me imaginé, me empodere y me gané mi libertad, ya nadie tiene poder sobre mi. Seguí creciendo, conocí otro mundo, una hermosa metamorfosis. 
Me atrevo a decir que te extraño con locura, es una fuerza que va más a allá de todo control y de toda razón. Ya no creo necesitarte para seguir viviendo, ya no te espero ni me imagino a tu lado nuevamente, pero te extraño. Hasta puedo decir que aún te amo. No me importa si al decir esto me desoriento un poco, me humillo, me falto el respeto o parezco totalmente fuera de órbita. 
Tuve que aprender a confiar para dejar de controlar, en mi mismo y en quién me acompaña hoy. Tuve que perder el miedo a perder para poder amar incondicionalmente y para dejarme amar sin temor al abandono o al engaño. Para eso fue necesario equivocarme y caerme algunas veces. 
A veces le pido al universo que te haga llegar mi sentir y que nos vuelva a cruzar cuando le crea justo, sin que ninguno lo pueda planificar o preveer, cómo la primera vez, cómo la tarde de aquel día nublado en nuestra esquina.
Gracias por haber formado parte de mi vida, por haberme regalado días tan maravillosos, por todo el amor que pudiste darme, por inspirarme valentía para luchar por mí, por lo que merecía y lo que necesitaba.